el iris, simplemente, se convierte en el vehículo transmisor entre el cuerpo y el iridólogo para que éste último pueda reconocer el estado de los órganos mediante las señales que éstos proyectan en él.
El iris es la parte coloreada del ojo humano. Tiene forma de disco y cuenta con una apertura que puede variar de tamaño según la persona. Además, de dar color, abre y cierra la pupila dependiendo de la cantidad de luz que incide sobre el ojo. El iris consta de 28 mil terminaciones nerviosas, todas conectadas al cerebro.
Con la Iridología no sólo es posible saber si un ser humano posee salud o no, sino que además permite conocer el estado, el tipo de mal y el grado del mismo. Algunos males que no presentan una sintomatología clara pueden reflejarse claramente en los ojos, permitiendo un diagnóstico preciso y claro.
Los estudiosos de esta lectura utilizan lo que se conoce como Mapa Iridológico, que no es más que una división de este disco por áreas y su vinculación con los diferentes órganos y sistemas del cuerpo humano. En cada ojo humano se puede observar, según esta división, el estado de un órgano. En el ojo derecho se puede mirar: el cerebro, el oído, la laringe, la hipófisis, el esófago, la tiroides, los brazos, el estómago, el hígado, la vejiga y el colón. Y en el izquierdo: los riñones, las glándulas suprarrenales, el útero o la próstata, los ovarios o testículos, la piel, las mucosas, sangre y el sistema linfático.
Además de esta segmentación básica, existen otras reglas de lectura que deben aplicarse, por ejemplo, la que indica que en un mismo espacio del iris, puede manifestarse con diferentes signos, una, dos o más alteraciones del organismo. El secreto está, no sólo en conocer la zona, sino en saber leer los signos, la forma, el color y el tamaño con el que pueda manifestarse la ausencia de salud.
Una de las primeras características a observar cuando se lee el iris es la contextura, pues está vinculada con la formación de los tejidos u órganos del ser humano, y puede indicar la vitalidad y el poder de recuperación de un cuerpo.
Se puede dar el caso en el que se presente una buena contextura del iris con la presencia de múltiples signos; o, el caso contrario en el que una contextura endeble no tenga marcas. En todo caso, los expertos en el tema señalan que es preferible que la contextura sea fuerte, pues se asocia a la fortaleza de los tejidos del ser humano.
La contextura normal puede observarse cuando las fibras que conforman esta parte del ojo se muestran de forma ordenada. Se ve una superficie brillante y lustrosa. Si existe una contextura defectuosa, las fibras se presentan colocadas de forma desigual, algunas apretadas y otras separadas, por ejemplo.
Otra de las características a observar es el color, que señala rasgos hereditarios y presencia de purezas e impurezas.
La Iridología basa su lectura en el concepto de que cada ser humano tiene una estructura única en esta parte de su órgano visual. Gracias a esta técnica, no sólo se pueden detectar enfermedades, sino que es posible prevenir males e incluso observar predisposiciones genéticas.
Debilidades y fortalezas de órganos, glándulas y tejidos.
LO QUE SE PUEDE OBSERVAR EN EL IRIS
Fortaleza o debilidad constitucional del individuo.
Estado de la inflamación de órganos y tejidos.
La presencia de tóxicos en el organismo.
Estado del sistema gastrointestinal.
Grado de acidez de órganos, glándulas y tejidos.
Deficiencias nutricionales.
Capacidad de recuperación del organismo.
Infecciones.
Condición preclínica de algunas enfermedades.
Estado del sistema circulatorio.
Signos de curación en órganos, tejidos y glándulas